La fundación romana de Londinium, la actual Londres
Allá por el año 55 a C. se produjeron las primeras incursiones romanas en las tierras de Britania, las cuales fueron ejecutadas por el emperador y brillante estratega Julio César, al tiempo que se luchaba por la anexión a Roma de las galias. Pero no se produjo una conquista definitiva de Britania, sólo un cambio en el equilibrio de poderes gobernantes de la isla, cuando el único opositor a la presencia romana, el rey Casivelono, fue traicionado por Mandubracio (regente de los trinovantes), quedando obligado a no volver a entrar en conflicto con unos ni con otros.
Durante casi un siglo se prepararon en Roma nuevos intentos de invadir Britania, aunque quedaron simplemente en los planes ya que ninguna se llevó a cabo, ninguna hasta que Claudio decidió llevarla a cabo en el año 43. Claudio obligó a los britanos a retroceder hasta la orilla norte del Támesis, y consolidó su posición mediante la construcción de un fuerte desde el que controlar el sur de la isla. Este fuerte estaba aproximadamente donde hoy está Southwark, y llevó el nombre de Londinium, incluyendo un puente sobre el río que permitía y facilitaba el acceso de tropas y mercancías.
Pero la suerte de Londinium fue sellada en el año 60 debido a las bárbaras costumbres del emperador Nerón, que no encontró una manera mejor de reclamar el pago de los impuestos a la reina Boadicea, que azotarla desnuda en público y obligarla a contemplar como los legionarios forzaban a sus dos hijas. La reina consiguió reunir cerca de cien mil hombres, mujeres e incluso niños, con la intención de acabar con la presencia romana en Britania.
A su llegada a Londinium, las tropas romanas, conscientes de este movimiento y de no podrían defender el lugar, ya habían abandonado la fortificación, dejando a la ciudad que guardaba a merced de la suerte. Debido e esto, el ejército de Boadicea no encontró mayor resistencia a la hora de asolar la ciudad y posteriormente incendiarla, buena prueba de ello es la capa de ceniza roja que se ha hallado en las excavaciones del lugar. Pero esta situación no duró mucho tiempo, los romanos volvieron a tomar el lugar un año después, con un ejército inferior en número al de Boadicea, pero mucho más versado en el combate. Tras ser derrotada, la reina se vio obligada a huir para no terminar humillada por las calles de Roma o sirviendo de entretenimiento en el circo, las suertes que los emperadores solían guardar para los rebeldes.
Después de este episodio, la ciudad fue reconstruida y entró en un periodo de prosperidad en el que su población debió estar cerca de los 60.000 habitantes, además se fortificó aun más, construyéndose murallas alrededor del asentamiento que dejaban más espacio del necesario, posiblemente para futuras expansiones.Su influencia fue creciendo, en parte debido también a la situación estratégica de su puerto fluvial, lo que la convirtió en la favorita para ser la capital del dominio romano en Britania, honor que hasta entonces ostentara la ciudad de Camulodumun.
Con la llegada de la decadencia del Imperio Romano, la capital de Britania pasó por un incierto periodo de ocupaciones, independencias forzosas y aislamiento de la capital imperial. Las trazas históricas del control de Londinium por parte de los romanos finalizan aproximadamente en el año 456, fecha que inició casi un siglo de oscuridad en cuanto a la historia de Londres y sus habitantes, si es que los hubo.

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